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Antes de continuar con el pleito1 por las carnicerías, nos llega la primera noticia que nos habla de la casa de los Láriz,2 pues la casa de Martín Ibañez de Láriz, alcalde, fue la posada para la reina Isabel la Católica el 19 de septiembre de 1483,3 cuando visitó Durango con su hija primogénita Isabel, junto con la casa de Martín Ibáñez de Salcedo.
Pero volvamos al conflicto por las carnicerías. A principios del siglo XVI, el conflicto entre dos bandos por controlar las carnicerías ya había sido superado, pero aparece un nuevo conflicto, esta vez entre el concejo mismo y los propios carniceros. La razón es la misma: el control de los precios sobre un producto importante de abastecimiento.
El 23 de agosto de 15044 el concejo mandó vender la carne al precio que los fieles del concejo pusiesen o aforasen y se les notificó a los carniceros —Rodrigo de Uribe, Ochoa de Uribe, Esteban de Murueta, Juan de Mañari, Pedro de Láriz,5 hijo de Iñigo de Murueta—, los cuales lo apelaron el 24 de agosto ante el teniente de corregidor (a pesar de la prohibición expresa del concejo a esa apelación fuera del alcalde de la villa),6 porque según sus privilegios desde la fundación de la podían vender al precio de Burgos y Vitoria. El juicio pasó al Juez Mayor de Vizcaya en Valladolid y a la Audiencia.
Tras todo ello, el 12 de septiembre de 1505, Esteban de Murueta, procurador de los carniceros privilegiados de la villa de Durango, presentó en la misma villa ante el teniente de alcalde del concejo y teniente de corregidor en la merindad Francisco Fernández de Jerez, la carta de confirmación que en 1504 los Reyes Católicos Fernando e Isabel dieron a la carta que doña María, Señora de Vizcaya, había dado el 11 de julio de 1328 a los carniceros de la villa. En la copia confirmada de dicha carta se decía que la señora de Vizcaya mandó establcer lo siguiente de su voz: «por razon que fisieron entender los ommes buenos de la mi villa nueva [Villanueva] de Durango, que quando se poblo la villa, que dieron la carniçeria que fue en la calle de parte el agua maior de la calleja de la puente arriba hasta la casa de Miguel, carniçero, e agora hisieronme entender que algunos vesynos de la [signo] // (fol. 2vº) dicha villa querian canviar a otro lugar la dicha carniçeria, e sobre esto obe mi acuerdo con hommes buenos de aqui de Vermeo, e hallo que non se puede hazer de derecho pues fue puesta la carniçeria en aquel lugar quando se començo la villa; [...] Dada en Vermeo, honze dias del mes de jullio, hera de mill tresientos e sesentaa e seys annos [11 de julio de 1338] [...].7
Esta carta nos dice que doña María fue informada por el testimonio de los hombres prestigiosos de la villa (los “hombres buenos”) de que las carnicerías de la villa se habían establecido en la calle cercana al río Mañaria (calle de Yuso o Barrenkale) en el tramo entre la calleja o cantón del puente de Zabala —pues es donde estuvo la carnicería y matadero hasta el siglo XIX, a pesar de diversos intentos de sacarla fuera de los muros de la villa al menos en 1499, 1659 y a partir del XVIII (Bengoetxea y Cajigas: 1997: 133) y «la casa de Miguel, el carniçero», que no sabemos cuál es, ni quién era.8
Durango.
Tras estas confirmaciones y tras apelar a diversos tribunales (corregidor y Juez Mayor de Vizcaya), en cuyas actuaciones era el bachiller Martín Ibáñez de Láriz el procurador y letrado de la villa, el 11 de octubre de 15059 la reina Juana I ordenó al concejo y corregidor que las carnicerías se rematasen anualmente y se vendiese la carne al precio estipulado en la misma por el concejo, y no al precio que querían los carniceros, como solían hacerlo.10 Sin embargo, el 19 de noviembre11 la reina mandó al concejo de Durango que no hiciese nada en contra de los carniceros hasta acabar el pleito y que mientras tanto la carne se vendiese al precio de Bilbao.
La sentencia final no llegó hasta el 4 de abril de 1517, con la carta ejecutoria hecha en Valladolid por la reina Juana y su hijo Carlos.12 En ella decidieron que, como el privilegio antiguo sólo decía dónde debían estar las carnicerías y nada más,13 el concejo tenía derecho a aforar las carnes y a arrendar las carnicerías. Por todo ello, esa actividad se intentó regular muy estrechamente desde el concejo, mediante las ordenanzas que promulgaba.14 Por lo tanto, parece claro, que este caso fue el concejo el que ganó la partida a los privilegios de los carniceros y, en apariencia, a los de los Láriz entre ellos.
Pero, volvamos al 4 de enero de 1515 en el que en audiencia pública en la villa de Tabira de Durango, ante el bachiller Martin Ibáñez de Láriz, alcalde de la villa, se presentaron Pedro de Murueta y Martín Ruiz de Láriz, carniceros y vecinos de la villa, con mandatos sobre el anterior pleito. Puede pensarse que son dos ramas de la familia Láriz que se han separado y una está en el concejo (Ibáñez de Láriz) y la otra sigue en el oficio de carnicero (Ruiz de Láriz), pero, sin embargo, al poco los Ruiz de Láriz nos aparecen con oficio concejil como veremos.
Es verdad que el bachiller Martín Ibáñez de Láriz vuelve a ser alcalde de la villa como aparece en el documento del 9 de diciembre de 151715 y volvió a serlo entre San Miguel de 1519 y 1520.16 Asimismo, lo era también el 2 de diciembre de 153617 y en 1540 pasó a ser el letrado del concejo.18
El 10 de febrero de 1531,19 al hacer inventario de los papeles y bienes del concejo, Bartolomé de Lariz era letrado del concejo y Pedro Ortiz o Ruiz de Láriz es regidor (aparece citado en la documentación con los dos patronímicos indistintamente). En 1536 Pedro Ortiz de Láriz se convirtió en escribano de la audiencia del corregidor y siguía siéndolo en 1542.20
Curiosamente, en 1547 aparece citada una casa que Martín Ruiz de Láriz, difunto, y sus herederos tenían una casa en el arrabal del mercado cerca de Zabalarra, al lado de otro carnicero Iñigo de Murueta en 1547.21 Las interpretaciones pueden ser variadas: tener un lugar donde guardar el ganado para llevarlo a la cercana carnicería en la villa y/o además adquirir tierras, tendencia muy normal entre las oligarquías urbanas que tienden a abandonar sus oficios poco a poco, para intentar convertirse en rentistas (Porres, 1994).
En noviembre 155022 volvemos a encontrar a otro Láriz en la alcaldía de la villa el año anterior: a Ochoa Ruiz de Lariz, y ese año Rodrigo de Láriz,23 junto con Pedro de Mañaria, Juan Ruiz de Berriz, Martín Sáez de Meñaca, toman en remate la carnicería para abastecer a la villa.
Pedro Ruiz de Lariz en 155224 arrendó a su cuñado la casa que tenía en la calle de Yuso (Barrenkale), no sabemos si sería la torre o una casa colindante. En cualquier caso, siguen teniendo casa dentro de los muros de la villa, la casa-torre que dos años más tarde se salva del incendio y quizá alguna más.
El 1 de diciembre de 155325 y el resto de ese año, a pesar de no haber ya ningún Láriz en el mismo, el concejo se reúne en la casa del difunto bachiller Martín Ibáñez de Láriz, casa que estaba en el cantón de Barrenkale, nuestra torre sin duda, que el 28 de marzo de 1554 se considera la casa y torre del escribano Pedro Martínez de Láriz26 y sigue siendo lugar de reunión del concejo.
Ese año de 1553 a Ochoa Ruiz de Láriz se le acusa de haber vendido tierras concejiles cuando fue alcalde.27 Tras el incendio en 1554 Jakobe de Láriz,28 pidió más madera en el monte para reconstruir las «dos casas cuyos solares estaban asolados» tras el incendio que en Barrenkale tenía su padre Pedro Ortiz de Láriz.
Finalmente, relatemos que ese año Rodrigo Ruiz de Láriz29 volvió a arrendar la carnicería, el cual también vivía cantón arriba de Barrenkale.30
Parece durante la segunda mitad del siglo XVI los Láriz están en el concejo como alcaldes, letrados o escribanos y, además, tienen arrendada la carnicería. Disponen de un poder adquisitivo y unos cargos relevantes. Viven en Barrenkale y aunque sean familias nucleares distintas, al menos su origen es la misma familia, que ha progresado política y económicamente y se benefician mutuamente: por lo tanto, aunque lucharon por sus privilegios de exclusividad en el oficio y control de los precios y lo “perdieron” a principios del XVI, han conseguido seguir con el “monopolio” del mismo mediante los arrendamientos concejiles y en el marco de las ordenanzas de la villa, estando en los cargos del concejo. Fue una familia que supo sobrevivir y se mantuvo en la elite.
Es muy difícil aseverar sin dudas que todos los Láriz aquí mencionados fuesen parientes directos entre sí, pero sí parece que la familia principal es de los carniceros de la calle de Yuso o Barrenkale, donde se sitúa la propia casa de Láriz que ha sobrevivido hasta la actualidad, a pesar de que se nos mencionan como propietarios de casas en otros lugares (en Goienkale o terrenos fuera de la villa y con tiendas ante casas de la calle Santa María) o como representantes de Artekale.
Lo que sí parece claro es que: en la segunda mitad del siglo XV fueron uno de los bandos ganadores en la defensa de sus privilegios y que se convirtieron en una oligarquía en la villa con cargos concejiles (se ve claramente cómo repiten puestos concejiles cuando hay un aumeto de las fuentes en el siglo XVI). Todo ello les sirve en el siglo XVI para mantener el privilegio “perdido” del monopolio de vender la carne, mediante el arriendo continuado de las tiendas del concejo. Estos fenómenos de oligarquización ocurren en toda Europa. En Vitoria, la profesora R. Porres ha comprobado que «la utilidad que el monopolio de los principales oficios municipales confería a sus titulares era cualitativamente importante: desde el control de los recursos locales, a la determinación y concesión de licencias de obras, licencias de vecindad, organización y control del abastecimiento urbano, capacidad legislativa y ejecutiva, control de la política tributaria, etc.» además de abrir camino a otros cargos (Porres, 1994: 33) y de darles «consideración social, ya que pronto pasaron a ser aval de riqueza, y sobre todo de limpieza de sangre» (Porres: 2004: 16), que les permitiría llegar más lejos aún. Es una explicación que encaja perfectamente con los Láriz.
En una palabra, la escalada de los Láriz desde un linaje modesto con origen y dedicación artesana es claro, cuando ya toma parte en las luchas de control banderizas (como se ve en el pleito sobre las carnicerías de la década de 1460 y en el que perdió aparentemente sus privilegios a principios del XVI), y pasa a dedicarse a los cargos concejiles y a integrarse en su dinámica como camino para conseguir nuevas rentas y superar el control impuesto a los bandos por la corona. Algunos miembros siguieron en el viejo oficio de carniceros, para beneficiarse del nuevo marco y del control familiar en el concejo.
Es, por lo tanto, un linaje que entre los siglos XV y XVI consigue sobrevivir a la crisis banderiza, siendo una de las familias que controlan el poder concejil (que se plasma edificando una torre para su prestigio, en la que hasta se reúne el concejo durante el siglo XVI, mientras no hay casa del concejo) y que mantiene el poder económico mediante el arrendamiento al concejo de las carnicerías que abastecen a la villa (que tiene diversas casas y propiedades por la villa y sus terrenos).
Fuentes y bibliografía
BENGOETXEA, Belén y CAJIGAS, Silvia (1997): Durango: hiri egituraren aldaketa historikoak / Durango: trasnformaciones históricas de su configuración urbana, Liburu sail durangarra 3, Durango, Durangoko Arte eta Historia Museoa.
BENGOETXEA, Belén y QUIRÓS, Juan Antonio (2005): “Lariz-Torre kalea 2 (Durango)”, Arkeoikuska 2004, Vitoria-Gasteiz, Eusko Jaurlaritza, págs. 319-327.
DACOSTA, Arsenio (2003): Los linajes de Bizkaia en la Baja Edad Media: poder, parentesco y conflicto, Bilbao, EHU.
HIDALGO de CISNEROS AMESTOY, C.; LAGARCHA RUBIO, E.; LORENTE RUIGÓMEZ, A.; MARTÍNEZ LAHIDALGA, A. (1989a): Colección documental del Archivo Municipal de Durango, Fuentes documentales medievales del País Vasco 20, Donostia, Eusko Ikaskuntza.
HIDALGO de CISNEROS AMESTOY, C.; LAGARCHA RUBIO, E.; LORENTE RUIGÓMEZ, A.; MARTÍNEZ LAHIDALGA, A. (1989b): Colección documental del Archivo Municipal de Durango, Fuentes documentales medievales del País Vasco 21, Donostia, Eusko Ikaskuntza.
HIDALGO de CISNEROS AMESTOY, C.; LAGARCHA RUBIO, E.; LORENTE RUIGÓMEZ, A.; MARTÍNEZ LAHIDALGA, A. (1989c): Colección documental del Archivo Municipal de Durango, Fuentes documentales medievales del País Vasco 22, Donostia, Eusko Ikaskuntza.
HIDALGO de CISNEROS AMESTOY, C.; LAGARCHA RUBIO, E.; LORENTE RUIGÓMEZ, A.; MARTÍNEZ LAHIDALGA, A. (1989d): Colección documental del Archivo Municipal de Durango, Fuentes documentales medievales del País Vasco 23, Donostia, Eusko Ikaskuntza.
PORRES MARIJUÁN, Rosario (1994): Oligarquías urbanas de Vitoria entre los siglos XV y XVIII: poder, imagen y vicisitudes, Vitoria-Gasteiz, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
PORRES MARIJUÁN, Rosario (2004): “Introducción: el oficio público en el Antiguo Régimen”, in PORRES MARIJUÁN, Rosario, «El proceloso mar de la ambición», Elites y poder municipal en Vitoria durante el Antiguo Régimen. Documentos para su estudio, Inéditos de Historia 2, Bilbao, EHU.
1 Este artículo intenta dar un enfoque más social al sumario del capítulo de la misma autora llamado “Los Láriz y el Durango de la Baja Edad Media” que saldrá publicado en el libro sobre la Torre de Láriz (Durango), cuyos autores principales son J. A. QUIRÓS y B. BENGOETXEA REMENTERÍA, profesores de la EHU/UPV, y editado por el Museo de Arte e Historia de Durango/ Durangoko Arte eta Historia Museoa. Un agradecimiento a todos ellos. Quiero agradecer, además, al profesor de la EHU/UPV Jon Andoni Fernádez de Larrea tener la paciencia de leerse un borrador infumable y ayudarme a corregirlo eta ikerketa historikoan lanean jarraitzeko indarra ematen didaten David Martínez Izquierdo eta Mª Josefa Sánchez Sierra arkeologoei, nire aita Joxe Mariri, artikulua argitaratzen ikusiko ez duenari, eta zuri, izenik esan ezin dudan horri, ere.
2 Historiadora
Técnica de museos del BIBAT
(Arabako Arkeologia eta Naipeen Museoak/Museos de Arqueología y del
Naipe)
Aiztogile kalea, 54. 01001. Vitoria/Gasteiz
Profesora del EHUko Erdi Aroaren, Aro Berriaren eta Amerikaren Historia
Saila / Dpto. de Historia Medieval, Moderna y de América de la UPV/EHU.
C/ Unibertsitateen Pasealekua z/g. 01006 Vitoria/Gasteiz.
jagirregarcia@alava.net / jaione.agirre@ehu.es
3 A.H. M.D. Arm. 2, Leg. 4 (1), nº 11, in Hidalgo de Cisneros et al. (1989b: documento 64) y Alzola, Pablo “Isabel la Católica en la villa de Durango”, in Boletín de la comisión de Monumentos de Vizcaya, tomo IV, Bilbao, 1912, págs. 109-114.
4 AHMD, Arm 2, Leg. 2(1), nº 3 (fol. 3rº-4rº) in Hidalgo de Cisneros et alii (1989d: documento nº 16).
5También llamado Pedro de Murueta en otros textos: ¿es error o tenía los dos apellidos?
6 En la carta de poder aparecen los miembros de las familias de carniceros Uribe, Mañari y Murueta, además de Rodrigo de Láriz y Miguel de Láriz.
7AHMD, Arm 2, Leg. 3, nº7 (fol. 107rº-113vº), in Hidalgo de Cisneros et alii (1989d: 175, documento 13).
8Curiosamente el único carnicero con nombre de “Miguel” en el siglo XV (cuando hay más datos) es Miguel de Láriz, y a pesar de que los nombres solían ser parte del patrimonio familiar y se pasaban de abuelos a nietos o de padres a hijos, ha pasado mucho tiempo.
9AHMD, Arm 2, Leg. 3, nº7 (fol. 96), in Hidalgo de Cisneros et alii (1989d: 182-183 documento nº 14).
10Al precio de Burgos y Vitoria, sin quitar la sisa y alcabala que se pagaba en estos lugares y no en la villa de Durango.
11AHMD, Arm 2, Leg. 3, nº7 (fol. 97rº-103vº), in Hidalgo de Cisneros et alii (1989d: documento nº 15).
12AHMD, Arm 2, Leg. 2(1), nº 3 (fol. 2rº-11vº, 16rº-30rº, 31rº-79rº) in Hidalgo de Cisneros et alii (1989d: 191-284 documento nº 16).
13«[...] tan solamente fablava en el lugar donde avian de estar las carnesçerias e en que las personas de çíerto libnaje se fuesen carniçeros e que ninguna cosa de estos tenian que faser en el preçio e en el serbiçio sobre que avia sydo el pleito» AHMD, Arm 2, Leg. 2(1), nº 3 (fol. 2rº-11vº, 16rº-30rº, 31rº-79rº) in Hidalgo de Cisneros et alii (1989d: 191-284 documento 16).
14En este documento se especifica que los carniceros en pleito con el concejo eran: Martin Ibáñez de Uribe, Sancho Pérez de Murueta, Pedro de Verano, Juan de Mañari, Ochoa de Uribe, Rodrigo de Láriz, Miguel de Láriz, Esteban de Murueta, Pedro de Murueta, hijo del dicho Sancho Perez, Juan de Mañari el mozo, Rodrigo de Uribe, Pedro de Uribe, hijo del dicho Martin Ibañez de Uribe, Pedro de Uribe, hijo del dicho Juan de Uribe, Pedro de Murueta, hijo del dicho Iñigo de Murueta, Iñigo de Murueta, Martín de Salcedo, Cristobal de Cenarruza, Juan Pérez de Traña y demás carniceros privilegiados de la villa.
15A.H.M.D. Arm. 2, Leg. 3, nº 37 (fol. 28rº-vº), in Hidalgo de Cisneros et alii (1989c: documento nº 206).
16A.H. M.D. Arm. 2, Leg. 3, nº 37 (fol. 29rº-29vº).
17A.H.M.D. Arm. 2, Leg. 3, nº 37 (fol. 39rº-40rº).
18Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sala de Vizcaya, leg. 225-2 (3).
19A.H.M.D. Arm. 2, Leg. 3, nº 37 (fol. 34rº-vº) y Leg. 5, nº 16.
20A.H.M.D. Arm. 2, Leg. 7 (2), nº 145.
21A.H.M.D. Arm. 2, Leg. 6, nº 23 (2), fol. 2vº-5vº.
22A.H.M.D. Arm 2, Libro de cuentas 1, 1550 a 1564, 1rº.
23A.H.M.D. Arm 2, Libro de cuentas 1, 1550 a 1564, 12rº-18rº.
24Archivo Histórico de Protocolos de Vizcaya, Juan Perez de Zuricaray, s. 1, nº 64.
25A.H.M.D. Libro de actas nº 1, 1553 a 1554, Fol. 26rº.
26De nuevo el patronímico ‘hijo de Martín’ está vivo y no fosilizado al parecer.
27A.H.M.D. Libro de actas nº 1, 1553 a 1554, Fol. 24vº.
28A.H.M.D. Libro de actas nº 1, 1553 a 1554, Fol. 59vº-60rº.
29A.H.M.D. Libro de actas nº 1, 1553 a 1554, Fol. 61vº.
30A.H. M.D. Libro de actas nº 1, 1553 a 1554, Fol. 49vº.